La selección chilena aguantó 88 minutos frente al campeón del mundo, sin embargo Lautaro Martínez le dio la victoria a la Albiceleste en el epílogo. Más allá del trabajo de la escuadra de Gareca, el arbitraje del uruguayo Matonte fue polémico por un par de acciones. El Equipo de Todos está obligado a vencer a los norteamericanos, el próximo sábado.
Pasaron nada menos que 2.921 días para que Chile y Argentina volvieran a cruzarse en East Rutherford, Nueva Jersey, donde hace ocho años la Roja le ganó la final de la Copa América Centenario 2016 a la Albiceleste. Por razones obvias, este reencuentro evocó diferentes recuerdos. Pero el tiempo pasa y hoy la coyuntura es distinta para los dos seleccionados. El Equipo de Todos está en fase de reconstrucción y debía sortear el escollo que significa el campeón del mundo.
Estuvo muy cerca de sacar un punto meritorio. Por la segunda jornada del grupo A, el cuadro de Ricardo Gareca perdió por 1-0 cuando el partido estaba terminando.
Ante un adversario complejo, gran candidato a quedarse con el cetro continental, la Selección necesitaba volver a mostrar aquellas positivos pasajes que se dieron en los amistosos y que dejaron buenas sensaciones al mando del Tigre, después del deslucido empate con Perú. En la primera fecha, Chile fue el cuarto con más posesión , pero con solo un remate al arco, apenas superando a Costa Rica en este ítem. Para ese fin, el DT hizo dos cambios: ingresó Rodrigo Echeverría por Marcelino Núñez, y Darío Osorio por el lesionado Diego Valdés.
Mientras tanto, Lionel Scaloni está más acostumbrado a adaptarse según el rival de turno. En esa dirección, metió tres modificaciones, siendo la más sonora la salida de Di María para la entrada de Nicolás González, uno de los fetiches del seleccionador.
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Los transandinos fueron locales en el impresionante MetLife Stadium, donde los gritos de «Messi, Messi…» eran uno de los cánticos predilectos. Las camisetas albicelestes repletaron las tribunas, aunque no necesariamente eran todos argentinos. Son hinchas de la Pulga más que del equipo que tocó el cielo en Qatar. Los pupilos de Scaloni fueron quienes llevaron el manejo del partido en la mayor parte del tiempo. El encuentro se jugó a su ritmo. Por lo mismo, Chile se puso el overol desde el primer lapso, tratando de sacar la tarea adelante.
Alexis Sánchez era el acompañante de Eduardo Vargas, para formar un 4-4-2 que se compactaba en terreno propio cada vez que Argentina tenía la pelota y avanzaba. En la primera mitad, cuando cortaba el circuito argentino, la Roja se volcó en campo rival, aunque sin éxito. Cuando llegó más profundo fue en los 5′, con un desborde de Isla que terminó en un centro que entregó la primera polémica del duelo: ‘Cuti’ Romero deja el brazo y golpea a Dávila dentro del área. El árbitro uruguayo Andrés Matonte ni siquiera la revisó. Esta fue la primera. Después llegó la otra polémica de la noche: el durísimo planchazo de Rodrigo De Paul sobre Suazo, acción en la cual el juez tampoco recurrió al VAR.
En faceta ofensiva, Chile mostró poco. Quizás por el devenir del partido, sin embargo nuevamente quedó al debe el accionar del equipo nacional hacia el área contraria. Osorio, reemplazante de Valdés, no se logró adecuar al ritmo del encuentro. Poco, al igual que Dávila por el sector izquierdo. Los externos debieron ir al sacrificio para apoyar a la defensa. Mientras tanto, un Vargas desabastecido tenía que ir al choque. Por momentos, era un volante más. Y Sánchez tampoco estuvo en su día. Haciendo una de más y retrocediendo para intervenir más en acción, no fue factor, tal como ante Perú. Salió en el segundo tiempo por Bolados.
Argentina fue más que Chile. A través del manejo de la pelota en espacios reducidos y usando el remate de distancia, inquietó a la portería de Claudio Bravo y bien pudo abrir el marcador antes del descanso. Antes de la hora, el capitán de la Roja contuvo un remate de Molina y un tiro de Nico González se estrelló con un poste .